Adela Alvarez: Sir Albert Edward Bowen

Bienvenidos a Historias y algo más...

Bienvenidos a "HISTORIAS Y ALGO MÁS" de la autora argentina Adela Alvarez.

jueves, 16 de enero de 2014

Sir Albert Edward Bowen

Publicado por Adela Alvarez en 5:16

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Adela Alvarez: Argentina; Escritora, guionista, productora y conductora de radio. Autora de "Rosas de Abril", "Tolvaneras", "Rosas color té", "Volverán a florecer los girasoles", "Reflexiones", "Las cartas de tía Julia", entre otras.

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AMOR

Amor, es una pequeña palabra de tan sólo cuatro letras, pero, ¿conocemos realmente cuan grande es su significado? Resumiendo, quizás podemos decir que el amor es el pasaporte a la felicidad, lo que hace las cosas más bellas y en los momentos de dolor, hace que todo sea más soportable y lo que cura todas las heridas del corazón. Pero, como llegamos al amor? Amando. Y por qué no comenzar amándonos a nosotros mismos? El cuerpo, la mente y el alma, son parte de un todo intransferible que se llama ser, y este ser necesita amor, hay que amarlo, cuando lo logramos, entonces podemos amar a los demás. Hay gente que no tolera el error o la equivocación y pierde el amor por sí mismo. Sería mejor si entendiéramos que la vida, esta vida, es sólo un aprendizaje para lo que viene después, por eso, no tengamos miedo de errar, de equivocarnos buenamente, porque estamos aquí para aprender y avanzar, ¿hacia dónde? Me preguntarán algunos. Eso depende, hay quienes creen en otra vida después de la muerte. Otros dicen: “Tengo un objetivo, voy a obtener un título, luego me casaré. Tendré una casa grande, luego un auto, una cuenta en un Banco y seré el más admirado por mis logros. Este modelo o sistema parece muy competitivo y muchos se esmeran por llegar a ese objetivo final. Y mientras se llega a ese final, ¿se disfruta del camino? ¿O estamos tan absortos buscando esos logros materiales que no nos permitimos el amor? Hablamos del amor universal, lo que implica compartir, darse al otro, sin retaceos, Amar a todos y todo lo que nos rodea. Amar al universo, al sol, a la lluvia, al viento, a la calma y la tormenta. Amar a la familia, padres, hermanos, esposos, hijos, al vecino, al amigo, al que te quiere y al que te odia, al poderoso, al desvalido, a los niños a quienes debemos dejar crecer en el amor y la sabiduría que nos da la vida. Aceptar y entender los defectos de nuestro prójimo, o lo que a nosotros nos parecen defectos porque quizás sea una forma diferente de ser, de pensar o de mirar la vida. El amor es dar sin pedir nada a cambio. El amor no se negocia, esta es una frase de un gran amigo mío, un escritor francés, Raymond Berberian, que decía en uno de sus libros. “el amor no se negocia, no se especula con él”. Esto lo decía recordando su niñez, después que su madre había querido premiar su valentía con un montón de caramelos, mientras era asistido por el dentista, y él con su boca maltratada no podía hablar, pero hubiese querido decirle a su madre, que por premio le bastaba un fuerte abrazo, o tan sólo escucharla decir que lo amaba. En realidad hay muchos lenguajes para expresar el amor y uno de los más bellos es: el de los abrazos, también está el de las caricias, el de las miradas e incluso el de las lágrimas. Y si vamos a tomar un ejemplo de amor universal que bueno sería hablar de la Madre Teresa de Calcuta quien con su amor incondicional atendió miles y miles de enfermos sin pensar ni un minuto en ella, en el contagio de una grave enfermedad o en el sufrimiento que podría padecer. Eso es priorizar al otro por encima de su propia vida y amar sin retaceos. Y si hablamos del amor de un hombre y una mujer podemos decir que aquellos que dicen amarse, necesitan aceptarse uno al otro tal como son. Respetarse, ser uno mismo, estar en el corazón y el alma del otro, pero sin asfixiarse; fusionarse, pero sin perder la identidad; entrar en la vida del otro pero sin invadir. Dar sin exigir nada, reír con su propia risa no con la del otro y llorar con sus propias lágrimas. Dejar de lado el egoísmo para dar lo mejor de sí, ofrecer el apoyo y fortaleza que el otro puede necesitar para vivir la vida diaria que a veces se llena de agobiadores actos rutinarios. Entender que son dos personas y no pueden coincidir todo el tiempo. Son dos seres que deben estar dispuestos a compartir alegrías y tristezas, triunfos y fracasos, lágrimas y sonrisas. Y no nos olvidemos del diálogo que se hace desde el corazón y como un niño que aprende las palabras que escucha, digamos muchas veces te amo, aprendamos a decir te amo, no sólo con la palabra sino también con cada actitud, y la felicidad estará siempre en nuestra vida.

Para terminar diré una frase que leí alguna vez, en mi larga vida de lectora incansable, dice así: “Los dardos crueles del enemigo no pueden atravesarte si tienes amor, porque el amor es una armadura perfecta”.

Tema Fantástico, S.A.. Imágenes del tema: molotovcoketail. Con la tecnología de Blogger.